realizando sueños
Una pared de pladur, sobre ella un mural de carteles recopilados durante años que nos muestran una Zaragoza viva y en lucha. Al mirarlo vemos la historia de gentes que piensan y se expresan de forma diferente. La melancolía nos acoge recordando aquellos momentos de lucha vividos.
A su alrededor fluye una efervescencia de vida y actividad, como tratando de competir con este pasado. Debates de gente discutiendo y creando ideas. Un bullir de actividades, desde talleres y cursos donde aprender y repensar, hasta visionado de películas y obras de teatro, donde disfrutar y relajarse.
Dicen que el local llevaba años sin ser usado, que el dueño nunca iba por allí y que los vecinos no conseguían localizarlo. Dicen que un grupo de jóvenes del barrio, cansados de no tener espacios para sus actividades lo reconstruyeron y le dieron vida. Dicen que desde entonces el barrio a cambiado, ahora hay conciertos en espacios que ni el ayuntamiento se acordaba que tenía y pasacalles que reúnen a todas las generaciones que pueblan el barrio. Dicen que lo llamaron Rasmia en honor a la iniciativa y energía que siempre han tenido las gentes de esta zona.
Ahora van a venir a cerrar por la fuerza este espacio de sueños y vivencias. El viernes 30 de Marzo pretenden terminar con este proyecto rebelde y creativo. Aunque lo cierren, Rasmia nunca desparecerá para los que lo hemos vivido. Siempre estará en nuestros recuerdos.