Postapocalipsis en el supermercado
Venimos hoy aquí hermanas, celebremos en este tiempo presente el futuro en el que un día este lugar serán ruinas.
El estruendoso silencio de este templo de consumo y triste luz fluorescente será un día silencio y oscuridad. Pero en la noche se rompera por los deliciosos graves de raves tecno-hardcore y queer-core-crust parties.
Y ese día el mundo será el día más hermoso de vuestras vidas. Recemos hermanas, recemos a root (todos: ¡compilado sea su nombre!).
Arrepentíos de haber rendido vuestras vidas a Facebook, porque su fin está cerca. El infonegocio morirá, desapareciendo vuestras memorias con él. Y entonces será el llanto y se producirá el crujir de dientes (¡¿dónde están las fotos de mi nieto?!)
Pero todavía estáis a tiempo de redimiros. El fin todavía no ha llegado. Caed del caballo y oid el silencio, degustad el vacío y ved la oscuridad: Lorea es misericordiosa y os acogerá en su seno, oh hijas pródigas, soy piadoso. Confesad vuestras culpas, y cabalgad al gnu en penitencia.
Bienaventuradas aquellas que confíen sus datos a Diaspora, porque sus credenciales serán federadas. En verdad os digo, identica proporciona sopas ondeadas a Twitter, y respeta vuestra privacidad.
Este es el día en el que el sol se oculta tras la montaña, las nubes ensombrecen la llanura y las vacas rechinan de sorpresa. Tolón, tolón. Llegará el día en el que estaréis agradecidas. Comed y bebed de este código fuente, de cuyas lineas os alimentareis.
¡Renunciad a los binarios privativos! Un nuevo mandamiento os doy: amad a Debian sobre todas las cosas, y a los interpretes y compiladores como a vosotras mismas (apt, apt!)
Subleavaos Hermanas. Vuestras mascotas os odian. Abandonad a vuestros maridos. Romped vuestros grilletes. Dejad vuestros tristes trabajos de títeres. Olvidad vuestros hobbies. Basta ya de aceptar vuestras frustraciones. Rebelaos. El futuro comienza hoy.