Amazon en Aragón: adivina quién es el nuevo vecino
Hace unos pocos días salió la noticia de que Amazon Web Services (AWS en adelante), la filial de “cloud computing” de Amazon, va a abrir tres centros de datos en Aragón. La noticia aparece con un cierto glamour y esa cosa de ahora somos especiales, Amazon nos ha elegido. Nos lo merecemos. Seremos punteros y esto no es un mega proyecto, no es una pista de esquí en el Pirineo, no es una macro granja de cerdos, no es un macrocasino… es el progreso.
Pero… ¿Qué es lo que van a construir? ¿Qué es un centro de datos? Básicamente salas enormes con armarios llamados racks llenos de servidores. Los servidores son los ordenadores que alojan las películas de Netflix, mueven las transacciones del Banco Santander o te muestran webs de periódicos como El País. Es donde se guardan los datos que todas estas entidades extraen de sus usuarias. Para que eso funcione se necesita una gran cantidad de electricidad y una temperatura regulada, de hecho muchos centros de datos se encuentran en países como Suecia o Islandia.
Lo llaman economía digital
En diferentes medios se ha repetido múltiples veces como, gracias a que venga AWS, Aragón se va a convertir en un gran centro de desarrollo tecnológico. Es como si cuando la GM abrió su fabrica esperáramos que Aragón se convirtiera en el lugar donde se diseñaran todos los coches del mundo. Pero a diferencia de la GM, que produce miles de puestos de trabajo, los periódicos entre líneas ya nos han dejado claro que “en cada uno de los tres complejos llegarán a trabajar hasta un máximo de cien personas”, cifra muy diferente a la que publican en los titulares que hablan de miles de puestos de trabajo.
Estos pocos cientos de empleados (igual que los trabajadores de la GM) van a ser mayoritariamente operarios que van a tirar cables, atornillar servidores y apretar botones. El trabajo de desarrollo tecnológico no se hace en los centros de datos sino en las oficinas de Amazon en Irlanda u otros lugares donde pueden tener grandes exenciones de impuestos.
Una de las regiones con mas centros de datos de AWS es Oregón (Estados Unidos). Después de décadas con AWS, Oregón sigue siendo famoso por la agricultura, sus recursos forestales y mineros. Oregón no ha desarrollado una industria tecnológica notable ni se ha convertido en un centro puntero. Solo es un lugar barato donde tener servidores.
En marzo de 2018 Trump aprobó la Cloud Act (Ley de la nube) en la que permite al gobierno federal acceder a los datos almacenados en servidores de cualquier empresa del sector tecnológico estadounidense, independientemente de si los servidores están en los EEUU o fuera. De tal manera que AWS por requerimiento de los EEUU tiene la obligación de dar todos los datos que tenga en sus servidores, incluidos los que se van a instalar en Aragón. Por lo que van a tener acceso a los datos personales y de cualquier empresa que use AWS. Mientras aquí se hacen acuerdos con Amazon, Alemania y Francia han anunciado esta semana la construcción de su propia nube “Gaia-X”, para proteger sus datos de AWS y la Cloud Act. Estos países tienen muy claro que los datos son un recurso para el futuro y que la mejor manera es controlarlos desde Europa sin ser dependientes de tecnologías y empresas norteamericanas. Gaia-X va mucho más allá de centros de datos y pretende ser el Airbus de la tecnología europea.
Se habla mucho de la inversión económica, hasta los sindicatos se han alegrado de que vaya a ser “cinco veces mayor que la de la Expo”. ¿Se acuerdan de ese evento allá por el 2008? en el que soñamos que el Ebro sería navegable, y la Expo como una oportunidad para situar a Zaragoza en el liderazgo de … la lista de las ciudades más endeudadas.
Es difícil encontrar números de la inversión pública real de todo este proyecto, se ha mencionado 130.000 m² de suelo público, pero no se ha explicitado en qué condiciones. ¿Es un regalo? Lo que sí que ha quedado claro es que “su urbanización correrá a cuenta del Gobierno de Aragón, que estimó en su día el coste de las obras en casi 24 millones”.
Dicen que Aragón ha sido el vencedor frente a otras dos localizaciones. Contrasta este trato con ciudades como Nueva York que han decidido rechazar el establecimiento de Amazon debido a las excesivas exigencias en inversión pública y ventajas fiscales que exigían. Asimismo también ha sido el caso de Berlín que gracias a la oposición vecinal rechazó a Google. Entonces, ¿qué es lo que se les ha ofrecido desde Moncloa y desde el Gobierno de Aragón para que se asienten aquí?
Lo llaman economía verde
Amazon se ha caracterizado por ser una empresa opaca. Por ejemplo, la localización de los data servers no se conocía hasta hace poco cuando Wikileaks publicó un documento con esa información. Greenpeace en 2015 hizo un estudio sobre el consumo energético de AWS, tuvo que calcular midiendo el tamaño de los generadores eléctricos de gasolina para los que tenía licencia AWS. Amazon a fecha de doy no ha publicado en ningún sitio cual es su huella de carbono.
Algunos cargos políticos han enmarcado estos centros de datos como economía verde y digital. Tras analizar la documentación pública de Amazon la única referencia que se encuentra es que dicen tener “un compromiso a largo plazo para utilizar energía 100% renovable”, pero en ningún lugar AWS muestra ningún plan de cómo conseguir esto ni de cuanto es “largo plazo”. Según publicaba el Heraldo, la consejera Marta Gascón ya ha comentado que serán el mayor consumidor de energía en Aragón necesitando en torno de 80MW. Para que nos hagamos una idea la central de la Muela(una de las grandes del Estado) produce 21MW. ¿De dónde van a sacar toda la energía necesaria para estos centros de datos? ¿será de renovables?
Amazon ha exigido que cada centro de datos tenga asegurada la potencia eléctrica por duplicado y de manera independiente. Esto implica que va a hacer falta reforzar la infraestructura eléctrica, pero hasta la fecha no se ha publicado nada acerca de las infraestructuras nuevas que claramente van a ser necesarias.
Otro de los impactos de tener granjas de servidores de este tamaño son los residuos electrónicos, lo que se conoce como e-waste o basura electrónica. Hablamos de que la vida media de un servidor dentro de la industria del cloud es de 3 años. Entre los tres centros de datos será fácil que haya más de 1 millón de servidores (por cada 1000 metros suele haber unos 250 racks, cada rack alberga un máximo de 40 servidores). Lo que implica que cada año se van a deshacer de más de 350.000 servidores y renovar con otros nuevos. A todo esto habría que sumarle el mantenimiento de los cableados, routers y demás hardware que serán necesarios.
Amazon y su ingeniería
Amazon es una empresa que tiene una estrategia de dominación en el mercado ("Adoptar, Extender y Extinguir"), donde primero da espacio en su tienda online a los pequeños productores para que puedan distribuir sus productos mientras no sea un producto que a ella le interese distribuir. Poco a poco Amazon va ampliando su repertorio de productos, comprando y cerrando empresas u ofreciendo precios por debajo de coste y posicionando sus productos primero.
Su filial de ventas online se ha hecho famosa por sus centros de distribución conocidos por su precariedad laboral y su beligerancia contra los sindicatos, donde instruye a sus empleados a informar a sus superiores si sus compañeros son miembros de un sindicato. En ella tu puesto de trabajo depende de un algoritmo que valora si has tardado demasiado al ir a recoger un paquete o si has ido demasiadas veces al baño. Y las huelgas de trabajadores se han convertido en parte de la “magia” del Black Friday.
Amazon es la mayor multinacional a día de hoy. Nació como una empresa dedicada a la venta de libros, el primer sitio en el que intentó aterrizar fue una reserva india norteamericana allá por 1994 debido a los beneficios fiscales. Pero el Estado de California paralizó el proyecto. Finalmente eligió Seattle, una ciudad pequeña y sin mucha población, en la que tenían beneficios fiscales. Desde entonces se ha dedicado a establecer entramados de empresas subsidiarias para reducir impuestos. En su desembarco en Europa tampoco ha sido distinto, la compañía tiene base en Luxemburgo, país que en cuestiones fiscales ha sido llamado “la estrella de la muerte del secreto financiero”.
En el mundo de lo digital una puede pensar que pese a que contrate algo desde Zaragoza como, por ejemplo, una cuenta de Amazon Prime eso se fiscalizará aquí, pues la respuesta es que no. Amazon pese a tener empresas en el Estado español la facturación que hace desde aquí es reducida. La magia parece estar en gastar los beneficios para que no repercutan en impuestos. Una vía de gasto es el expandirse en diferentes sectores e ir amasando más y más sectores. Otra vía es generar contratos con otras subsidiarias afincadas en lugares donde no pagan impuestos, moviendo estos beneficios efectivamente a estos lugares exentos de impuestos.
Diseñar nuestro futuro digital: Soberanía tecnológica
El contexto económico actual en el que vivimos se ha definido de muchas maneras, una de ellas es capitalismo cognitivo. En donde la producción de bienes no es la única riqueza, cuanta más información se produce más dinero se está produciendo. Internet probablemente sea la estructura más grande creada por la humanidad, pero a la vez es la más intangible e invisible. En ella pareciera que las relaciones de poder entre unas y otras entidades no existieran. Como vamos a rearticular nuestra relación con el mundo si no somos capaces de ver el actual impacto de nuestros actos en lo tecnológico. A las multinacionales tecnológicas debemos analizarlas y aplicarles un análisis crítico de las misma manera que lo hacemos con otras multinacionales como Nestle, Coca Cola, Indra o Zara.
Igual no deberíamos centrarnos tanto en desmentir los datos de la prensa y del vox populi, sino en ir al fondo y pensar qué estamos implementando en nuestro territorio. Y poner en cuestión cualquier cántico de sirena que abogue al desarrollo por el desarrollo. La tecnología no es neutral, y necesitamos un debate sobre qué beneficios y problemas nos aportan al territorio este desarrollo. No dejemos que nos eclipsen con un juego de espejos, el debate no es si llegó tal o cual tecnología sino para qué.
Cuando la realidad es que en Aragón la dotación de infraestructuras de Internet es deficitaria. En muchas regiones pero sobretodo en Teruel en la que hasta empresas, pequeñas insertadas en sus comunidades se están planteado su deslocalización por falta de infraestructuras como es el caso de Turomas en donde por no tener una conexión decente de Internet una empresa de Mora de Rubielos se la está obligando a irse.
Antes de recibir a una corporación como Amazon con los brazos abiertos igual deberíamos plantearnos qué relación queremos construir con las tecnologías y trabajar para conseguir una soberanía tecnológica. Donde los productos tecnológicos de los que disfrutamos sean de cercanía y promuevan un entramado empresarial local donde confrontar la expansión tecnológica y evaluar qué necesidades reales tenemos y si de verdad necesitamos millones de servidores y su impacto ecológico. Y no invitar a la mayor corporación de “cloud computing” para incrementar los beneficios de la persona más rica del planeta Jezz Bezos.
Escrito para arainfo